La certificación EHEDG garantiza que los equipos y áreas de manipulación, producción y almacenamiento sean higiénicos y eviten la contaminación de los alimentos. Descubre todo sobre ella.
La certificación EHEDG es el aval que pueden recibir las industrias alimentarias garantizando el buen funcionamiento de todos sus equipos e instalaciones y comprobando la higiene y seguridad en todas las áreas.
Se trata de un certificado emitido por el Grupo Europeo de Ingeniería y Diseño Higiénico, que bajo las siglas en inglés EHEDG hacen referencia al European Hygienic Engineering and Design Group.
Mediante el desarrollo de normativas concretas y métodos que evalúan y certifican equipos, este grupo se basa en las últimas investigaciones y tecnologías para establecer estrictas normas de seguridad.
Los laboratorios que se encuentran bajo la autorización de este grupo, realizan diversos ensayos y estudios que incluyen requisitos de ingeniería y estándares de máxima calidad e higiene para la maquinaria empleada en la producción, procesamiento y almacenamiento de los alimentos.
Por su parte, los fabricantes e ingenieros encargados de diseñar líneas de producción o plantas industriales, basan su trabajo contemplando las guías EHEDG, colaborando enormemente en garantizar a la industria de los alimentos la alta calidad y seguridad de los productos.
La mayor ventaja de la certificación EHEDG es que reduce enormemente los riesgos de seguridad alimentaria gracias a un exhaustivo análisis y sistema de higiene que deben poseer equipos, personal, áreas y herramientas que influyen en toda la línea de fabricación y embalaje de alimentos.
Además, gracias a la tecnología de limpieza in situ (CIP) se disminuye sustancialmente el coste destinado a la higiene dado que este cometido se realiza de manera organizada y coordinada.
Por otra parte y no menos importante se encuentra una mayor competitividad por parte de las empresas que abogan por este tipo de certificado, alcanzando una diferenciación clave frente a los competidores ya que se muestra compromiso con la seguridad e higiene a través de un respaldo conocido mundialmente.
Sin dudas, obtener el logo de EHEDG y formar parte de la base de datos de este grupo de certificación, constituye un instrumento de márketing que potencia la reputación de una empresa alimentaria.
Los equipos que buscan la certificación EHEDG deben ser evaluados y clasificados por las instituciones de evaluación que se encuentran autorizadas por el Grupo Europeo de Ingeniería y Diseño Higiénico.
Todos los análisis incluyen una revisión del diseño del equipo donde se realiza una comparación entre la muestra nueva y los planos oficiales que proporciona su fabricante y que ha contemplado la Guía de la certificación.
Durante la comparación se revisan, miden y comprueban todas las características del diseño, y en caso de ser necesario, se puede solicitar un replanteamiento del equipo cuando existen desviaciones importantes respecto a la normativa.
Si el resultado de la evaluación es satisfactorio, los equipos abiertos son certificados directamente, mientras que aquellos equipos cerrados deben ser sometidos a ensayos de limpiabilidad in situ, obteniendo su certificación al superar satisfactoriamente tres ensayos de este tipo.
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Hemos visto cómo se realiza la evaluación de los institutos autorizados por la certificación EHEDG. Para conocer más, es importante saber que existen diferentes clases de certificados, además de varios métodos de ensayo.
EHEDG cuenta con dos tipos de certificación:
EL Class I
Equipos cerrados, que se limpian en húmedo con CIP y sin desmontar
EL Class I AUX
Equipos abiertos, que se limpian en húmedo sin desmontar
EL Class II
Equipos cerrados o abiertos que se limpian en húmedo y que requieren ser desmontados para su limpieza
EL aséptico Clase I
Equipo cerrado, que se limpia en húmedo in situ (CIP) sin desmontar, esterilizable con vapor y con estanqueidad bacteriana
EL aséptico Clase II
Equipo cerrado que debe desmontarse para ser limpiado en húmedo, esterilizable con vapor y con estanqueidad bacteriana una vez montado
ED Clase I
Equipos cerrados que únicamente se limpian en seco sin necesidad de ser desmontados
ED Clase II
Equipos cerrados o abiertos desmontados solo para la limpieza en seco
Cada método de ensayo de EHEDG fue diseñado para evaluar la higiene y capacidad aséptica de los equipos, sin pretender indicar su buen funcionamiento.
Actualmente, existen 3 tipos de ensayos: Limpieza in situ de equipos cerrados, esterilización mediante uso de vapor y estanqueidad bacteriana.
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La certificación EHEDG también brinda pautas acerca del uso de las instalaciones de alimentos. Las industrias agroalimentarias deben contar con maquinarias y equipos que fomenten la higiene de los productos que son elaborados, manipulados y envasados.
Lo mismo ocurre con los almacenes o aquellos espacios destinados a un fin en concreto como las materias primas, los aditivos y los almacenamientos.
Todos las instalaciones deben poseer puertas y mantener una distancia adecuada entre sí para evitar contaminaciones, además de disponer de una estructura arquitectónica que favorezca la limpieza e higiene de paredes y suelos.
Por otra parte, la temperatura y humedad deben poseer niveles óptimos para el tipo de producto almacenado o fabricado.
Esta zona ha de estar separada de otras para evitar el cruce entre suciedad y limpieza. De hecho, si la empresa cuenta con edificación amplia, será imprescindible separar el área de pulcritud de las materias primas del lavado de manos o higiene de los operarios.
Los contenedores de basura o restos de materiales desechables deben poseer un cerramiento adecuado y ser desinfectados frecuentemente, además de evacuarse rápidamente de espacios donde hay alimentos.
En el caso de manipulación de alimentos o espacios reducidos para instalar un sitio de higiene para operarios alejado, se puede disponer de un lavamanos de accionamiento no manual.
Todas las líneas previas al embalaje de los alimentos deben contar con elementos de seguridad para ser protegidas de la contaminación ambiental, es recomendable cubrirlas correctamente.
Los residuos que no proceden de las líneas deben estar ubicados en contenedores cerrados, de fácil limpieza y desinfección, además de ser retirados rápidamente del sector de alimentos.
Si el tratamiento térmico se realiza en alimentos no envasados, el área debe permanecer separada del espacio de manipulación de alimentos para evitar contaminaciones.
Es primordial contar con un sistema de extracción de vapor para evitar condensaciones y los equipos tendrán que contar con sistemas de control de temperatura cuando lo ameriten los productos.
En Alvinox creemos en la mejora constante. Esta es nuestra misión y día a día lo ponemos en práctica. Por ello contamos con certificaciones de renombre internacional que aseguran el buen funcionamiento de todos nuestros proyectos.